Dios es Progreso, pero no Progresismo


Dios es Progreso, pero no Progresismo


“Ganarás el pan con el sudor de tu frente”, es equiparable con la idea de que Dios es Progreso, ya que te insta a esforzarte por aquello que necesitas. Y con el paso del tiempo, se le ha sumado aquello que quieres.

El Progresismo, por su parte, procura que la Iglesia y demás entidades religiosas estén fuera de la participación política y económica, que lo político sea parte del Estado.

Véase que lo anterior es una idea ya arcaica, porque cada país decide los gobiernos que quiere o merece y las Iglesias se ocupan de su rol de evangelización, cuidados y defensa social.

El progresismo es una figura del izquierdismo que busca la estatización del todo, queriendo que las personas dependan directamente de “Papá Estado”, mientras que las religiones, buscan que el hombre comulgue, comprenda y honre a “Papá Dios”, pero dependiendo de si mismos.

De allí que el libre albedrío juega pues un rol determinante, en el que el ser humano sigue decidiendo sí muerde o no a la manzana del árbol del bien y del mal, sea cual sea la tentación o serpientes que se le anteponga, incluso cayendo por ingenuidad.

Dios es progreso, porque te brinda las condiciones óptimas para desarrollarte, incluso en la adversidad. Dependes de ti mismo en tus decisiones y honra, pero cuentas con Él para que se haga su voluntad y se hilvanen los hilos del destino de manera tal que puedas recomponerte de todo aquello que humano nos es y que podemos pasar incluso portándonos bien (enfermedades, accidentes, quiebra, muerte, abandono, etc.).



Dios es Progreso

El actor estadounidense Walter Matthau, interpretó alguna vez al científico Albert Einstein, aumentando una frase que el genio llegó a decir:

“Dios no juega a los dados…pero yo sí”

Esta genialidad muestra lo que es Dios y lo que es la humanidad. Dios sabe cómo se concatenan sus planes para cada quien, para cada elemento de la naturaleza, la construcción de la historia.

Ello demuestra que Dios es progreso, haciendo a cada quien participe en un lapso de tiempo determinado, para vivirlo, tan sólo pidiéndole que sea útil para sí mismos y/o para su entorno. Es la colaboración a la humanidad que muchos, por empequeñecerse, desestiman.



El progresismo es una tendencia humana

Los humanos, en nuestra propensión –intencional o no- a la anarquía, jugamos a los dados, probando suerte. Quizá porque afortunadamente no lo sabemos ni podemos todo, o porque el poder se sube a la cabeza y se quiere utilizar ello para controlar la vida de los demás.

De allí que todo lo establecido y/o registrado en la historia de la humanidad sea discutido por ella, cuestionado de las maneras más imberbes, atacado con el uso indiscriminado de la ciencia, dudando de una fuerza mayor que ellos, ya que se consideran la fuerza total.

Por eso critican a los tesoros de El Vaticano y anhelan que se regalen al mundo, sin decir la otra cara de la moneda: Ha como es el mundo, dichos tesoros –su cuantía- duraría muy poco y el hambre seguiría.

Dar dinero porque donde hay una necesidad, surge un derecho, es el eje central del progresismo. Crear nuevas divisiones, superiores al otrora “ricos y pobres”, es su siguiente nivel. Manipular la información en base a hechos reales y el cómo se puede aportar y progresar con justicia –como se hace a nivel ecológico-, es el colofón de su deleznable manipulación mundial.



Dios es progreso, incluso los ateos lo saben…aunque lo callen

¿Se han percatado alguna vez, que más hablan los ateos de Dios, que muchos que profesamos alguna fe?, claro está, ellos viven dudando de Él e inventando quién sabe cuántas razones científicas para argumentar que no existe, incluso más allá de la teoría evolucionista de Charles Darwin.

Pero al momento de formular sus cripticas sentencias negacionistas, incluso niegan a la ciencia que tanto dicen defender con aquello que de ella, dependemos.

La Teoría del Big Bang, indica que en algún momento, el universo fue creado por una fuerza que debió existir o surgir. Y sí la materia no existía, alguna chispa surgida de sí misma, fue la ignición que devino en la formación de nuestro sistema solar.

Se entiende pues que hubo un creador. Esa energía debió ser evolucionada, consciente, superior para hacer un todo de manera distinta, pero que se necesitara para su prosecución.

Eones han pasado hasta que llegamos a este instante en que vemos grandes avances que nos acercan al mundo, en base al desarrollo de la inteligencia por necesidad, curiosidad o causalidad.

¿Esa energía primaria no puede ser llamada Dios?; ¡No vemos por qué no!; Y así le llamasen “X-Plus Infinito”, terminarían reconociendo a una fuente creacionista. Sin querer, los ateos siempre terminan reconociendo que Dios es progreso, así lo callen o disfracen, su rechinar de dientes los delata.



Dios es progreso, no progresismo

El control del hombre por el hombre, ha sido siempre su peor mal. En el que muchos que buscan alimentar su esperanza de un mejor porvenir, terminan hambreándose a sí mismos al creer que dicha esperanza nace de cortar la de otros y, además, sentarse a hacer nada.

Utilizan su condición para sentirse miserables, cuando lo mejor es sentirse útiles en la humildad, lo que les brinda satisfacción y el experimentar sensaciones únicas que se transforman en su cuota de pago a la historia del mundo, en el momento que les toca para vivir.

Con el progresismo se busca delegar en algunos todo aquello relacionado con la política, cerrándole incluso el concepto de esa palabra:

“La política es el comportamiento prudente para conseguir un determinado fin”

Otra prueba de que Dios es progreso y no progresismo, ya que Él nos brinda el conocimiento y motivo para ser prudentes y demostrarlo a nuestros congéneres, buscando caminos inteligentes para conciliar y hacer nacer nuevas ideas y consolidar mejores lazos.

El progresismo se enfrasca en determinar puntos inicuos en los que se ataca a lo establecido, pero no se esgrimen ideas, patrones y comuniones para la mejora y encuentro de las partes. Es el todo o nada que, cuando obtienen el poder (el todo), aplican sus ideas radicalistas (surgiendo así, la nada).

Dios es progreso, porque permite que la razón, el humanismo y los puntos de encuentro, creen muros de contención en contra del totalitarismo – progresismo en su búsqueda de derribar las estructuras ya concebidas, sin siquiera saber qué hacer con los escombros.

Los ateos y agnósticos son contribuyentes silentes que pierden su tiempo pensando que otros pierden su tiempo pensando en la Fe y Esperanza. Ese tiempo de ambos, forjando buenas voluntades y tendiendo puentes de encuentro, sería francamente más útil para la causa de la reconstrucción de las sociedades.

Minimizarse o creer que la idiosincrasia de un país no es competente para mejorar, es un absurdo que se vende por parte del progresismo.

Dios es progreso porque ha permitido el desarrollo eficaz y evolutivo de las personas, con la condición de no perjudicar a otras ni deshonrarse a sí mismas ni los dones que Él les ha otorgado. Esto incluye al científico o al barrendero, a la ingeniera o al panadero.

Véase que las personas sí evolucionan. Pero es actitudinalmente, gracias a su potestad de distinguir y elegir entre el bien y el mal. No es una evolución como la del mono, que en los veinte últimos siglos no se ha manifestado, según documentos.

Tú tienes la decisión

Una vida sin dañar y sin dañarse, entra en los caminos del bien. Y sí le aportas algo a las personas o sociedad, más bien haces. Como Dios es progreso, recompensa tu buen andar, sea en la tierra, pero más en el cielo.

Sí delegas todo en el Estado, como pide el progresismo, te aíslas de lo políticamente correcto y le das el control directo para que escriban tus pasos y cómo debe ser el bien que puedes hacer, so pena de ser atacado por romper sus paradigmas al pensar y sentir por tu cuenta.

Los ateos y agnósticos y personas de distintas religiones, creencias o sectas, son igual de libres de decidir. Por igual entienden que Dios es progreso aunque lo acallen y se la pasen cuestionándolo o solicitándole pruebas de su existencia a su manera (anarquía).

Pero de ellos se querría, que invirtieran su tiempo en menos cuestionamientos y más resultados. La humanidad nunca debió caer en diatribas sobre la existencia de Dios. Ese es un tiempo que bien nos tendría mucho más adelante en los logros, específicamente porque todos remaríamos del mismo lado hacia la paz, en forma de respeto y comprensión.


Autor: Argenis Serrano

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