Proverbios 1 - Reina Valera antigua


Sabemos que un  proverbio es una sentencia, oración  o frase breve con la que se enseña una conducta apropiada y moral. Em ese sentido, el libro de Proverbios de la sagrada Biblia da consejos prácticos en cuanto a vivir de acuerdo con nuestras ideas religiosas y a comportarnos correcta y moralmente. El tema de la sabiduría es el que más destaca en este libro.

La mayoría de los escritos del libro de Proverbios se le atribuye  al rey  Salomón, hijo de David,  que mientras fue obediente a Dios fue considerado el hombre más sabio de Israel.


PROVERBIOS 1


LOS proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel:

Para entender sabiduría y doctrina; Para conocer las razones prudentes;

Para recibir el consejo de prudencia, Justicia, y juicio y equidad;

Para dar sagacidad á los simples, Y á los jóvenes inteligencia y cordura.

Oirá el sabio, y aumentará el saber; Y el entendido adquirirá consejo;

Para entender parábola y declaración; Palabras de sabios, y sus dichos oscuros.

El principio de la sabiduría es el temor de Jehová: Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.

Oye, hijo mío, la doctrina de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre:

Porque adorno de gracia serán á tu cabeza, Y collares á tu cuello.

10 Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, No consientas.

11 Si dijeren: Ven con nosotros, Pongamos asechanzas á la sangre, Acechemos sin motivo al inocente;

12 Los tragaremos vivos como el sepulcro, Y enteros, como los que caen en sima;

13 Hallaremos riquezas de todas suertes, Henchiremos nuestras casas de despojos;

14 Echa tu suerte entre nosotros; Tengamos todos una bolsa:

15 Hijo mío, no andes en camino con ellos; Aparta tu pie de sus veredas:

16 Porque sus pies correrán al mal, E irán presurosos á derramar sangre.

17 Porque en vano se tenderá la red Ante los ojos de toda ave;

18 Mas ellos á su propia sangre ponen asechanzas, Y á sus almas tienden lazo.

19 Tales son las sendas de todo el que es dado á la codicia, La cual prenderá el alma de sus poseedores.

20 La sabiduría clama de fuera, Da su voz en las plazas:

21 Clama en los principales lugares de concurso; En las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones:

22 ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, Y los burladores desearán el burlar, Y los insensatos aborrecerán la ciencia?

23 Volveos á mi reprensión: He aquí yo os derramaré mi espíritu, Y os haré saber mis palabras.

24 Por cuanto llamé, y no quisisteis: Extendí mi mano, y no hubo quien escuchase;

25 Antes desechasteis todo consejo mío, Y mi reprensión no quisisteis:

26 También yo me reiré en vuestra calamidad, Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis;

27 Cuando viniere como una destrucción lo que teméis, Y vuestra calamidad llegare como un torbellino; Cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia.

28 Entonces me llamarán, y no responderé; Buscarme han de mañana, y no me hallarán:

29 Por cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová,

30 Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía:

31 Comerán pues del fruto de su camino, Y se hartarán de sus consejos.

32 Porque el reposo de los ignorantes los matará, Y la prosperidad de los necios los echará á perder.

33 Mas el que me oyere, habitará confiadamente, Y vivirá reposado, sin temor de mal.

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